Amare Vacui XXXVI

31 x 19 x 19 cm., porcelana colada y esmalte transparente brillante.

Según los pensadores aristotélicos la naturaleza aborrece el vacío. Con estas obras voy tras la búsqueda de un lenguaje sin miedo a decorar en exceso, a lo ornamento y a la ostentoso.

Usando el caracol como ser de poder, símbolo de sensibilidad, observación y cambio. Y la figura en espiral que crece del centro hacia afuera, que remite al infinito, a la unión con lo espiritual. El saber que cualquier ritmo es un buen ritmo, lo que parece eterno es solo un pequeño momento de tiempo.