Siempre perfecta
167 x 67 x 18 cm., bronce y acero, edición de 7.
Las mujeres que me rodean me han enseñado que ante todo, a la mujer se le pide, se exige o se da por hecho que siempre han de estar ahí, que han de ser amigas, compañeras, hijas, madres, trabajadoras… perfectas, mujeres fuertes, sensibles, delicadas, cariñosas, elocuentes, simpáticas, que lloren en silencio y sobrelleven todo, que sueñen desde el suelo, que transmitan serenidad y energía con una sonrisa.
La obra representa una mujer que aún permaneciendo en una actitud algo rígida y estudiada se desliza por la vida tranquila y relajada, al menos en apariencia, por el camino que le ha tocado vivir. No es fácil, nunca es fácil, más bien es como una montaña rusa en la que te deslizas siempre alerta ya sea el camino que te has ido encontrando o sea el que has deseado llevar.
Es un sincero homenaje que exprese el agradecimiento que siento hacia todas las mujeres que están a mi lado, por confortarme siempre y enseñarme a ser la mujer que soy hoy por hoy.
María Sánchez