Nordeste

Serie ONÍRICA 20 x 20 x 3 cm., mixta sobre madera.

“Soñé que estaba despierto”

Cuando duermo descanso, cuando sueño no.

Resulta placentero, inquietante y misterioso cualquier sueño de cualquier noche. Los que tengan la fortuna de llegar a vivir 75 años, se pasarán 25 de ellos durmiendo, soñando.

No podemos renunciar a esa experiencia vital tan intensa y prolongada ya que mientras soñamos vivimos, sentimos alegría y padecemos sufrimiento; igual que cuando estamos despiertos, incluso esas vivencias son más ricas por no tener límites físicos, morales o de la razón.

Es necesario contemplar esos años de sueños como parte fundamental de nuestro viaje por este mundo. Por eso yo quiero contar mi periplo, aún inacabado por suerte, en esta muestra en la que cada una de las obras forma parte de esa experiencia ambigua, abstracta, llena de sensaciones, de ruidos y formas que se suceden mientras sueño.

Muchos artistas visuales valoraron los sueños como parte fundamental de la creatividad y éstos se introdujeron en sus obras como un relato imprescindible para desarrollar su trabajo. Desde Goya a Kurosawa pasando por Chagall o Buñuel y otros muchos artistas, reflejaron en sus obras las vivencias personales de sus sueños. Sin duda sus creaciones no habrían sido las mismas sin el universo onírico que tanto alimenta la creatividad y la vida misma.

Pedro Lombardía de Lillo